El té es, por descontado, la bebida más popular en China. De hecho, según el protocolo de cortesía de este país, el té es una de las siete cosas con las que se debe recibir a los invitados.

La pasión por el té es común en todo el país, pero en cada región se practican ceremonias particulares. Por ejemplo, en el sur de Fujian, famosa por su té, la cultura de beber té se basa en tres elementos "el agua, el fuego y el juego de té". Según la tradición local, cuanto más tiempo se use el juego de té, más valor tendrá. En el fondo de una tetera que se ha utilizado durante años se habrá ido formando un sedimento de té que se conoce como "Jieya" (literalmente: mancha de té). Las personas mayores dicen que con el "Jieya" se puede hacer una infusión con un buen aroma incluso sin ponerle hojas de té.

La etnia de los hakka también realiza una ceremonia del té tan pintoresca que compite con la tradicional ceremonia del té del sur de Fujian. Esta ceremonia se llama “Lei Cha” o “Jiangle Lei Cha”, los hakka la celebran allí donde hayan formado una comunidad lo suficientemente grande, sea al norte y al noroeste de Fujian, en Taiwán, en Malasia o en cualquier otro país o región.

El “Lei Cha” se puede preparar con muchos ingredientes o plantas medicinales chinas diferentes dependiendo de las estaciones (aunque, al final, el procedimiento es básicamente el mismo): en primavera y verano, normalmente se usan hojas frescas de ajenjo y hojas de menta; en otoño, la caléndula, el crisantemo blanco y la madreselva son la mejor opción; y en invierno, se puede agregar canela y otras hierbas medicinales. Gracias a todas estas plantas, el “Lei Cha” tiene un efecto beneficioso para la salud.
